Para una higiene adecuada en el baño, asegúrate de prestar mucha atención a los puntos clave donde se reproducen los gérmenes.
Superficies: Las superficies que tocamos normalmente como la manija del inodoro, el asiento del inodoro, las llaves de agua, las perillas de las puertas y los botes de basura, se pueden contaminar durante el uso normal del baño. Limpia con regularidad y desinfecta con frecuencia las superficies que tocas.
Trapos / Esponjas: Los trapos para limpiar el baño y las esponjas en la bañera pueden tener gérmenes si se quedan húmedas. Desinfecta de forma regular los trapos que se vuelven a utilizar y las esponjas lavándolos por separado con agua caliente (más de 60°C)[1].
Artículos: Los artículos de uso personal como cepillos dentales y cepillos para las uñas se pueden contaminar y, por lo tanto, actúan como una fuente de gérmenes. Guárdalos en lugares donde sea improbable que los alcancen los gérmenes y después de usarlos enjuágalos muy bien con agua caliente y sécalos de inmediato.
Además de todo lo anterior, es fundamental lavarse las manos, pues no hacerlo es una de las causas más importantes de contaminación cruzada. Lávalas con agua limpia y jabón antibacterial después de ir al baño.
Si las superficies de tu hogar se contaminan con gérmenes y tú estás en contacto con ellas, probablemente los gérmenes lleguen a ti. Desinfecta superficies con productos de la familia Lysol® como Toallitas Desinfectantes y Aerosol Desinfectante. #DesinfectaParaProteger
Lea atentamente las etiquetas de los productos antes de su uso.